martes, 28 de julio de 2009

La claria

En 1990 fue el fin de la ayuda soviética para Cuba. Los años posteriores de escasez hicieron que programas desesperados de autoabastecimiento fueran implementados en la isla, incluyendo la llamada "Revolución Azul" que promovía la construcción de pequeños estanques para que las familias cubanas criaran sus propios pescados y mejorara la dieta alimenticia de la población. Así lo hizo Macario, un afamado habitante del poblado Camilo Cienfuegos en Sta. Cruz del Norte, sin saber que terminaría criando la mayor amenaza biológica que la isla haya conocido: la claria.



Este animal es originario de India oriental y del sudeste asiático. Aunque se conocen diversas especies, la más extendida en Cuba es pez gato caminante: clarias batrachus, que alcanza una longitud máxima de entre 55 y 60 centímetros.

Durante la estación seca, o cuando tiene necesidad de buscar alimentos, pasea fuera de sus estanques. En la estación lluviosa, lo hace por los terrenos inundados. Para desplazarse en terreno fuera del agua, combina fuertes movimientos de deslizamiento con fuertes sacudidas de la cola.

Es capaz de respirar por medio de una modificación del arco branquial, que crea la cámara de aire que le permite hacerlo. Esta es quizás la principal característica que influyó para que en Cuba fuera rebautizado como pez diablo. También su voracidad y su condición de depredador insaciable.

Cuando abandona las aguas para cazar, mata ranas e incluso ratones. Consume huevos que roba de nidos y cualquier animal más pequeño que se cruce en su camino.

Según puedo leer en varios lugares, su carne es rica y de textura agradable, aunque otras fuentes que considero más fiables me hablan de que tiene un acentuado sabor a fango.

Creo que no lo voy a probar (aunque nunca se sabe).

1 comentarios:

eltaburete dijo...

pues yo si que la he comido...wachabal..., por allá por Los Rusos en La Lisa (habana), en casa de un entomólogo y mi socio Adrian de cocinero...jajaja. Nos tuvimos que subir a árbol a por naranja agria para quitarle un poco ese sabor a fango que tiene y después bebernos una botella de silver drive de habana club... un manjar