lunes, 18 de mayo de 2009

Crónica del ARF 2009: Viernes

El viernes llegamos al festi pronto, aunque demasiado tarde para ver a los Howlin' Rain. Había ganas de desquitarse de su último concierto en el Balcón de la Lola pero no hubo suerte. Llegamos justo para ver a Elliot Brood, primero Txema y Javier, y poco más tarde yo. De este grupo apenas conocía lo que había leído de ellos, y como toma de contacto con el festival no estuvo mal. Le seguirían Dr. Dog. Uno de los descubrimientos del festival. La banda de Philadelphia, con sonidos muy cercanos a Wilco y My Morning Jacket dio un gran concierto, a pesar del tempranero horario que les tocó. Habrá que seguirles de cerca. 

A The Fabulous Thunderbird los vimos desde la distancia. Mientras, aprovechamos para reponer líquidos y comentar las últimas jugadas. Enseguida cambiamos de escenario para no perdernos un segundo del que sería, siempre en mi modesta opinión, uno de los triunfadores del festival: Eli 'Paperboy' Reed. Un digno heredero del soul de toda la vida, una voz impresionante muy al estilo Sam Cook que te llega muy dentro y un grupo, los True Lovers, que le acompañan perfectamente (sobre todo la sección de viento) dando una fuerza y una intensidad a los temas poco común para una chico blanco de 24 años. Su último disco pasa directamente a mi lista. 

Los siguientes serían los UK Subs, sustitutos de los Bad Brains, caídos a última hora. A estos los escuchamos mientras dábamos buena cuenta de unos kebabs. Y es que había que coger fuerzas para la recta final del día que se prometía larga e interesante. La siguiente parada: The Zombies. No dudo de Javier cuando dice que su disco 'Oddisey and Oracle' es un disco buenisimo y que hay que poner en contexto los temas de esta banda que tuvo su apogeo en los años sesenta (si, si, sesenta). Aun así, salvando alguno de los temas, parecían más una orquestilla de verbena de verano que otra cosa. De todas formas daré una oportunidad a 'Oddisey and Oracle'...


Cambiamos rápidamente de escenario para tomar buenas posiciones en el siguiente concierto: Soul Asylum. A estos les tenía ganas de ver en directo desde hace tiempo. Comenzaron bien, con temas potentes y algún clásico, decayeron un poco cuando quisieron hacer alguna que otra gracia poco graciosa (probablemente fruto de un estado de ánimo alterado por el alcohol) y terminaron a lo grande viniéndose arriba con el público con 'Runnaway Train' y dejando, al final, un buen sabor de boca.


Y por fin: The Black Crowes. Ubicados en una excelente posición cercana al escenario esperamos el cambio instrumentos y tras una rato, se apagó la música, se encendieron las luces y aparecieron allí entre los aplausos de un público que llevaba diez años esperando verles en directo. Chris Robinson, con su atuendo hippie y un aura de buenrrollismo contagioso contrastaba con la seriedad de Rich Robinson. ¿No hemos venido aquí a tocar? Pues Rock'n'Roll! El grupo es una máquina perfectamente engrasada y sincronizada de hacer buena música: Sting Me, Twice as Hard, Goodbye Daughters of the Revolution y alguno más del Warpaint, y un repaso de sus mejores temas, Soul Singing y momentos más lisérgicos, Thorn in my pride, y delirantes duelos de guitarra entre Luther y Rich. Mi espalda no dio más de si y tuve que retirarme a la retaguardia en lo que era el mejor momento del festival. Desde allí continué disfrutando del concierto aunque sin la emoción que da la cercanía y compartirlo con los amigos. Chris aplaudía al público y reía como diciendo "Eh tíos! Cómo me gusta! Estamos pasándolo bien!". Excelentes. Grandiosos. Lo pasamos bien.

Dejo lo que después aconteció para que sea narrado por los que allí estuvieron, ya que el que suscribre, de mala gana pero con buen criterio, se retiró a descansar. "Que reine la algarabia... mas dejad para mañana, que mañana... será otro día", Txipu dixit.

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