lunes, 16 de marzo de 2009

C. E. BLUES


[…] Eastwood como cineasta y como personaje me parece un permanente misterio; un fascinante misterio sin parangón en el cine estadounidense de las tres últimas décadas. Del escarnio a la idolatría hay mucho trecho, y ese es el que ha debido recorrer, y vencer en el plano de la reputación cultural, un cineasta capaz de desorientar a detractores y exegetas con una habilidad de la que pocos están dotados […] No puede analizarse su obra desde perspectivas automáticas como, por ejemplo, la diferencia entre cine de géneros y cine de autor, entre cine norteamericano y cine europeo, entre la ideología de derechas y las políticas de izquierdas, entre el clasicismo y la modernidad, entre las férreas estructuras de Hollywood y una noción no encorsetada de la independencia. El autor de Los puentes de Madison se situaría justo en medio de todas las tesituras enunciadas.

Acaba de reeditarse una versión ligeramente ampliada del libro de Quim Casas "Clint Eastwood: avatares del último cineasta clásico" en Ediciones Jaguar

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